¿Alguna vez te preguntaste por qué ciertas relaciones son tan difíciles de dejar?

Hoy vamos a hablar de un tema muy importante y profundo: las relaciones kármicas. ¿Qué son realmente y por qué parecen tan complicadas?

✨ Lo primero que quiero contarte es que una relación kármica va más allá de lo romántico. Puede ser con un padre, un hermano, un amigo, o incluso con alguien fugaz. Estos vínculos comienzan en el plano entre vidas, con un acuerdo que hacemos a nivel del alma antes de encarnar, diseñado para ayudarnos a aprender y crecer de formas que de otra manera serían difíciles de alcanzar.

En mi experiencia, he visto cómo estas relaciones nos desafían a profundizar en nosotros mismos, a enfrentar conflictos y a aprender lecciones que nos ayudan a evolucionar; entonces las relaciones karmicas funcionan como espejos, mostrándonos aquello que necesitamos integrar. En medio del proceso, muchas veces, nos encontramos preguntando, ¿por qué estoy en esta situación?, ¿por qué es tan difícil? y ¿por qué sigo luchando?

⭐ Esto que te revelo es la clave: permanecemos en estas relaciones porque aún hay lecciones que necesitamos aprender. Aquellos con quienes compartimos esta conexión son nuestros maestros, nuestros espejos, y seguiremos conectados hasta que hayamos discernido completamente las lecciones que necesitamos integrar.

Mi propia experiencia en una relación karmica me llevó a comprender que amar incondicionalmente a alguien, implica primero, amarme a mí misma lo suficiente como para soltar aquello que no se alinea con lo que deseo, lo que me hace bien y lo que se que valgo. ¿Linda lección de amor propio, verdad?

🙌🏼 Y sí, sé lo difícil que puede ser soltar. Muchas veces nos aferramos por miedo, por comodidad, por inseguridad. Pero llega un momento en que la energía de la relación ya no nos sirve, y permanecer se convierte en una traición a nosotros mismos, se siente así, como si nos alejáramos cada vez más de aquello que nos enciende.

Dejar ir una relación kármica no siempre significa cortar el contacto físico, pero sí la dinámica que mantenemos con esa persona. Y aunque puede llevar tiempo y esfuerzo, liberarnos de esa energía densa nos permite sanar y volver a encontrar el punto de equilibrio.

🧿 Entonces, ¿cómo enfrentamos este proceso? te preguntarás… con una gran toma de conciencia, paciencia, compasión y buscando ayuda cuando sabes que la necesitas. Ya sea a través de amigos, terapeutas, o incluso actividades que te brinden alegría y distracción, siempre hay recursos disponibles para el camino de sanación.

Recorda, estos acuerdos no son pactados para torturarte, sino para ayudarte a crecer. Puede que no comprendas completamente su propósito en medio del dolor, pero confia en que con el tiempo, las lecciones se revelarán y encontrarás la paz que buscas.

🌟Así que mientras te encuentres en medio de una relación kármica, o intentando sanar después de una, te invito a preguntate: ¿qué estoy aprendiendo? ¿Cómo me está ayudando esto a crecer? mantene la fe en el proceso y date el tiempo que necesitas para aclarar las emociones, la mente y con la lección aprendida, reconocerás que no es la persona, sino la enseñanza, la que te proporcionará la paz para recobrar así, tu centro.

Gracias por acompañarme en esta reflexión 🙏🏼
Si queres hablar conmigo, podes dejar un comentario abajo del artículo o tocar el enlace de la página que te lleva directamente a WhatsApp.

Con amor,
Angie.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Abrir chat
Conversa conmigo!
Hola! Cómo estás? Soy Angeles, contame que te trae a hablar conmigo, te leo :)